viernes, 7 de noviembre de 2025

 ¿Vacaciones “merecidas”?

Vivimos en una época en la que incluso el descanso necesita justificarse. La frase “me voy de merecidas vacaciones” suena inocente, pero revela una visión profunda: el descanso se concibe como un premio que uno debe ganarse, no como una necesidad inherente a la vida humana.

La idea es simple y, a la vez, inquietante: solo quien ha rendido lo suficiente tiene derecho a detenerse. Como si el cansancio fuera una falta moral y el ocio, un privilegio reservado para los productivos. Es una lógica heredada del culto moderno al desempeño, esa religión que mide el valor de las personas en horas, métricas y resultados.

Pero el descanso no es un trofeo por haber sido eficiente. Es tan esencial como respirar, dormir o comer. Nadie presume: “Me daré un merecido respiro” o “Hoy me gané el derecho a dormir”. Se asume. El cuerpo lo requiere. La mente lo pide. El alma lo agradece.

¿Por qué, entonces, necesitamos excusas para desconectarnos?

Tal vez porque nos han enseñado que parar es perder; que detenerse es traicionar la narrativa del éxito; que no producir es una forma de valía insuficiente. Y así, convertimos el descanso en lujo, en permiso, en culpa.

Decir “merecidas vacaciones” puede sonar a celebración, pero también perpetúa la idea de que hay que probar constantemente que se es digno del propio bienestar. Como si el descanso perteneciera al ámbito de lo extraordinario, y no de lo natural.

El descanso no es recompensa. Es condición de posibilidad.
No sirve solo para volver “más productivos”, sino para volver más humanos: más presentes, más sensibles, más vivos.

Quizá la verdadera madurez consiste en abandonar la noción del descanso como premio y reconocerlo como lo que siempre ha sido: un derecho, una parte imprescindible de la existencia, un espacio para recordar quiénes somos cuando dejamos de hacer.

Porque, al final, no deberíamos necesitar merecer las vacaciones para detenernos.
A veces, simplemente es momento de respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario