
Cuando una figura pública pide intervención extranjera en su propio país…No hay que caer en el insulto fácil, pero sí llamar a las cosas por su nombre.
Cuando
una comunicadora mexicana —con influencia, con micrófono y con acceso a
élites— dice que Estados Unidos debería intervenir en México no es sólo
ignorancia: es irresponsabilidad histórica.
Porque
pedir intervención estadounidense tiene un peso político, social y
ético enorme, especialmente en un país que ha sido invadido, saqueado y
manipulado por ese vecino durante más de 150 años.
¿Ignorancia, malicia o intereses de clase?Puede ser una mezcla de tres cosas:
1. Ignorancia histórica y políticaPorque si conociera mínimamente la historia mexicana-latinoamericana, sabría que:
Ninguna intervención de Estados Unidos ha traído democracia.
Siempre que EE.UU. “interviene” es para proteger sus intereses económicos o geopolíticos, nunca los de la población local.
Las intervenciones han dejado países destrozados: Irak, Libia, Afganistán, Haití, Chile, Guatemala, Panamá, etc.
Pedir intervención de EE.UU. “para arreglar México” es como pedirle a un pirómano que apague un incendio.
2. Malicia políticaNo es descabellado pensar que hay un deseo de ver fracasar a Morena aunque el costo sea el sufrimiento del país.
Es el clásico pensamiento:
> “Si mi candidato no gana, que arda el país”.
Eso ya no es periodismo: es activismo político disfrazado.
3. Interés de claseLas
élites mediáticas y económicas perdieron poder con la llegada de un
gobierno que les quitó privilegios, contratos y control del discurso.
Si el “orden viejo” se restaurara vía presión extranjera, muchos regresarían a su zona cómoda.
Por
eso algunas voces privilegiadas coquetean con la idea de intervención:
les conviene más un México “tutelado” que un México con soberanía
popular.
¿Es traición a la patria?Legalmente, “traición a la patria” es un término fuerte y jurídico que requiere circunstancias muy específicas.
Pero
moralmente, pedir que una potencia extranjera intervenga militar o
políticamente en tu país, es una postura profundamente antipatriótica.
No hace falta insultar:
Los hechos hablan solos.
Conclusión Fernanda Familiar representa a un sector de la élite que:
Confunde a México con su círculo social
Si pierde influencia, prefiere que intervenga otro país
Cree que “democracia” significa “cuando gana mi ideología”
No sé si es malvada; eso implica intención consciente.
Pero sí es profundamente irresponsable, clasista y peligrosamente colonizada mentalmente.
Y lo más irónico es que quienes piden intervención extranjera se creen “patriotas” y “defensores de la democracia”.

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