miércoles, 5 de noviembre de 2025

La “herencia política” en Uruapan: entre el duelo y la institucionalidad

La política mexicana ha sido históricamente un terreno donde el poder familiar y las lealtades personales han moldeado decisiones institucionales, muchas veces en detrimento de los principios democráticos. El caso reciente de Uruapan, Michoacán, en el que la viuda del alcalde asesinado, Carlos Manzo, asume su cargo, pone de manifiesto esta tensión entre legalidad, emoción social y meritocracia. La ausencia de crítica pública frente a esta sucesión plantea un dilema ético y político que merece análisis.

1. Contexto del caso

El 1 de noviembre de 2025, Carlos Manzo fue asesinado en un evento público, dejando un vacío político inmediato en Uruapan. La ley local establece que, ante la “ausencia definitiva” de un alcalde, la síndica municipal puede asumir de manera provisional, y posteriormente el Congreso designa un suplente dentro de los treinta días siguientes. En este marco, el movimiento político que lideraba Manzo propuso a su viuda, Grecia Quiroz, como sucesora.

Formalmente, la acción se ajusta al procedimiento legal; sin embargo, la rapidez del respaldo político y la ausencia de un debate público visible reflejan una práctica que se asemeja a la herencia política, un fenómeno donde los cargos públicos se transmiten por vínculo familiar más que por mérito o elección democrática.

2. La dimensión ética y política

Desde un punto de vista ético, esta sucesión plantea un conflicto entre dos principios: la solidaridad social ante el duelo y la responsabilidad institucional. Criticar la decisión puede ser percibido como insensible, ya que involucra a una familia en duelo, pero la crítica política no tiene que serlo. El núcleo de la cuestión no es la persona que asume el cargo, sino el mecanismo de asignación basado en vínculos familiares.

Políticamente, estas prácticas tienen varias implicaciones:

1. Erosión de la meritocracia: Los cargos públicos deberían ser ocupados por quienes demuestran capacidad y experiencia, no por proximidad familiar. La asignación de un cargo a un familiar directo puede debilitar la confianza ciudadana en la justicia y la igualdad de oportunidades.

2. Normalización del nepotismo: Cada caso de sucesión familiar sin cuestionamiento refuerza la percepción de que la política es un privilegio hereditario. Esto genera un efecto dominó donde el poder se concentra en ciertos linajes políticos.

3. Silenciamiento de la crítica: La presión social y moral —el miedo a ser considerado insensible frente al duelo— inhibe la discusión abierta sobre la legitimidad de la sucesión, consolidando estructuras de poder que operan sin contrapesos.

El papel de la emoción en la política

El hecho de que nadie critique la decisión no es casual. La muerte violenta de un alcalde genera un clima de shock, simpatía y solidaridad que actúa como un escudo emocional, protegiendo la sucesión familiar de cualquier cuestionamiento público. Esta dinámica refleja un fenómeno bien documentado: cuando la política se mezcla con tragedia personal, los ciudadanos y los medios tienden a priorizar la compasión sobre la deliberación institucional.

Sin embargo, la crítica puede y debe separarse del juicio sobre la tragedia personal. Señalar que un cargo se hereda y que esta práctica debilita la democracia no implica ser insensible; implica defender la integridad de las instituciones.

¿Por qué hay motivos de crítica / preocupación?

a) Debilita la meritocracia y la institucionalidad
Si un cargo electivo se da de facto a un familiar —aunque legalmente factible— corre el riesgo de que la decisión dependa menos de competencia, de procesos democráticos transparentes, y más de relaciones personales o familiares. Ese tipo de práctica erosiona la confianza en que la función pública sea por capacidad, no por vínculo.
En este caso, Quiroz no tenía experiencia electoral destacada ni había sido elegida por voto para ese puesto previamente. 

b) Cultura del poder transmitido familiarmente
Cuando se ve que un puesto público “queda” en la familia del político fallecido, se activa una lógica que puede parecer monárquica o dinástica: “el puesto se queda en el clan”. Eso puede inhibir la renovación, el pluralismo y abrir paso al nepotismo.
En este caso, el hecho de que el movimiento del esposo proponga a su viuda como relevo refuerza esa percepción.

c) Falta de crítica visible
Que “al parecer nadie crítica esto”, como tú decías, también es relevante: la normalización de este tipo de sustituciones facilita que se repitan sin que se dé espacio a la concurrencia de otras opciones, al debate público sobre legitimidad democrática, y al escrutinio ciudadano. En el caso de Uruapan, la velocidad del proceso y la adhesión política mayoritaria funcionan como barrera para una oposición real o una democracia más plural.
Por ejemplo, aunque la ley exige que el suplente cumpla capacidades, el impulso hacia Quiroz está mediado fuertemente por su vínculo familiar y el movimiento político preexistente. 

d) Contexto de violencia y urgencia política
El contexto en que ocurre —el asesinato de un alcalde en un estado con alta violencia — añade otra capa de complejidad: es un municipio en situación de crisis, lo que puede justificar cierta urgencia institucional. Pero esa urgencia también puede ser utilizada para saltarse procesos más abiertos de deliberación o de participación ciudadana. En la coyuntura de violencia, lo “rápido” puede primar sobre lo “legítimo desde el día uno”.
Por ejemplo, Manzo era conocido por enfrentarse al crimen organizado, lo que le daba visibilidad y respaldo popular. 

¿Por qué podría “pasar desapercibido” o sin mayor crítica?

Movimientos políticos independientes y liderazgos personales: Al tratarse de un movimiento independiente (“Movimiento del Sombrero”), fuera de los partidos tradicionales, puede haber menos vigilancia institucional y más margen para operar dinámicas personales.

Legalidad cumplida formalmente: Si se ajusta el proceso al marco legal (síndica asume, Congreso designa), la crítica tiende a debilitarse porque el mecanismo “está dentro de la ley”. En efecto, los artículos correspondientes explican el procedimiento. 

Contexto de emergencia: En situaciones de crisis, la gente tiende a priorizar estabilidad, continuidad, y puede aceptar una transición que de otro modo cuestionaría. Aquí la muerte del alcalde produce un vacío que muchos quieren llenar rápido para evitar mayor desorden.

Falta de difusión o debate público profundo: Finalmente, quizá no se ha generado aún un debate social amplio sobre esta sucesión como “hereditaria”, lo que permite que transcurra sin grandes protestas específicas sobre ese punto.

Hay elementos preocupantes en que la viuda de Manzo asuma su cargo, respecto a los principios democráticos de igualdad de oportunidades, transparencia, y pluralismo político.

No significa que esté “prohibido” que ella asuma —la ley lo permite— pero sí que la lógica de herencia política merece escrutinio crítico.

Es comprensible que en el contexto de violencia y urgencia local esa opción sea vista como viable o hasta necesaria, pero justamente por eso es cuando más necesario es que la comunidad y los medios exijan transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana.

Que no haya aún una fuerte crítica visible no la convierte en aceptable automáticamente; más bien puede ser una señal de que las dinámicas de poder están funcionando sin contrapesos adecuados, lo cual a largo plazo es peligroso para la salud democrática del municipio.

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