sábado, 27 de septiembre de 2025

 Lo Inaceptable del Fascismo: Una Advertencia Necesaria


El fascismo no es solo una ideología más dentro del abanico político: es, en esencia, un proyecto de dominación que destruye la dignidad humana y pone en riesgo la convivencia misma. A lo largo de la historia, sus huellas han quedado marcadas con sangre, censura y opresión. Hoy, cuando algunos intentan blanquearlo o presentarlo como una “alternativa legítima”, es urgente recordar qué lo hace inaceptable.

1. El culto al líder absoluto

El fascismo idolatra a un caudillo infalible, concentrando todo el poder en una sola figura. Esto cancela cualquier control democrático y convierte la voluntad de una persona en ley indiscutible.

2. La anulación de las libertades

Donde el fascismo avanza, retrocede la libertad de expresión, de prensa, de organización. El silencio no es casualidad: es impuesto a base de miedo, persecución y violencia.

3. El odio como motor político

La esencia del fascismo es dividir, señalar a un enemigo interno o externo, y fomentar el odio contra él. Racismo, antisemitismo, xenofobia, misoginia: todo esto se utiliza como combustible para cohesionar a las masas en torno al miedo.

4. La violencia como método

El fascismo no debate, golpea. No convence, intimida. Organiza milicias, impone el terror callejero, y convierte la violencia en herramienta política legítima.

5. La negación de la diversidad

El fascismo no soporta la diferencia. Quiere una sociedad uniforme, dócil, alineada con sus dogmas. Minorías étnicas, sexuales, culturales o religiosas son marginadas o directamente eliminadas.

6. El desprecio por la dignidad humana

El fascismo convierte a las personas en engranajes prescindibles al servicio del Estado, la patria o el líder. Sus campos de concentración y sus guerras de exterminio son recordatorio de hasta dónde puede llegar ese desprecio.

7. La manipulación de la verdad

El fascismo controla los medios, distorsiona la historia y sustituye la verdad con propaganda. Busca crear una realidad paralela en la que no haya espacio para el pensamiento crítico.


Manifiesto antifascista: no callar es un deber

Aceptar al fascismo, incluso en pequeñas dosis, es abrir la puerta a la barbarie. No hay “fascismo moderado”, ni versión “suave”: todo fascismo es inaceptable porque atenta contra la esencia misma de la vida democrática y la dignidad humana.

No se trata de ideologías ni partidos: se trata de humanidad. Ser antifascista no es una opción: es un deber moral. Es levantar la voz cuando quieren silenciar la resistencia. Es cuestionar cuando quieren que aceptemos la mentira. Es actuar cuando quieren que permanezcamos inmóviles.

Si nos quedamos callados, vendrán tiempos oscuros. Si alzamos la voz, mantenemos viva la esperanza, la memoria y la democracia.

Por eso hoy, aquí y ahora, declaramos: antifascismo es vida. Callar es complicidad. Resistir es obligación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario