domingo, 28 de septiembre de 2025

 La falacia del miedo: Netanyahu y la comparación entre palestinos y Al Qaeda


El 26 de septiembre de 2025, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu pronunció en la Asamblea General de la ONU una frase que, sin duda, atraerá titulares:
"Darle a los palestinos un Estado a un kilómetro y medio de Jerusalén después del 7 de octubre es como darle a Al Qaeda un Estado a un kilómetro y medio de Nueva York después del 11 de septiembre."

La declaración, cargada de emoción y dramatismo, tiene por objetivo central justificar políticas de seguridad y limitar el reconocimiento de un Estado palestino. Pero, al analizarla con calma, se vuelve evidente que es una simplificación peligrosa y falaz.

1. Mezclar identidad colectiva con terrorismo

Al Qaeda es una organización terrorista con objetivos claramente definidos y métodos violentos. Los palestinos, en cambio, son una población diversa de millones de personas, muchas de las cuales no tienen relación alguna con ataques contra Israel. Confundir a toda una nación con un grupo terrorista es una falacia de generalización que invisibiliza la complejidad histórica y política del conflicto.

2. Proximidad geográfica ≠ inevitable amenaza

La analogía sugiere que la cercanía física entre Jerusalén y un hipotético Estado palestino automáticamente traería un riesgo equivalente al del 11 de septiembre en Nueva York. La experiencia internacional demuestra que la seguridad no depende únicamente de la cercanía geográfica, sino de acuerdos, diplomacia y cooperación transfronteriza. Ejemplos como Noruega y Suecia, India y Nepal o Canadá y Estados Unidos muestran que países vecinos pueden mantener paz y seguridad a pesar de tensiones históricas.

3. El peligro de la retórica del miedo

Al comparar un pueblo entero con un grupo terrorista, Netanyahu refuerza un discurso de miedo que legitima políticas de exclusión y militarización. Este tipo de analogías, efectivas en términos políticos, desplazan la posibilidad de soluciones pacíficas, como la negociación de fronteras seguras o la cooperación en seguridad y desarrollo.

4. Historia y contexto

La narrativa de que todo Estado palestino sería un riesgo absoluto ignora la historia reciente de la región:

Durante años, hubo gobiernos palestinos que cooperaron en seguridad con Israel.

La violencia extrema ha sido cometida por grupos específicos, no por toda la población.

El reconocimiento de la necesidad de un Estado palestino no equivale a entregar un “país terrorista” a la puerta de Jerusalén; puede incluir protocolos de seguridad, control fronterizo y acuerdos internacionales.


Conclusión

La frase de Netanyahu es retórica política, no un hecho irrefutable. Apela al miedo, simplifica la realidad y generaliza de manera injusta. Como lectores, analistas o ciudadanos interesados en justicia y paz, debemos desmantelar este tipo de comparaciones y buscar enfoques que distingan entre población civil y actores violentos, entre miedo y realidad. Solo así podremos reflexionar con rigor y no dejarnos arrastrar por analogías emocionales que oscurecen la complejidad del conflicto.

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