Avaricia: el hambre infinita del alma humana
La
avaricia es una de esas emociones que parece estar tatuada en nuestra
especie. No es solo un defecto moral: es una fuerza ancestral,
evolucionada en la necesidad de sobrevivir. En tiempos prehistóricos,
acumular alimento y recursos era una garantía de vida. El humano que
guardaba semillas, carne o herramientas sobrevivía a las estaciones
duras; el que no, desaparecía. Así, lo que hoy llamamos codicia fue, en
sus raíces, una estrategia de supervivencia.
Sin
embargo, con la historia humana, esta necesidad primitiva se transformó
en un monstruo cultural. Los mercaderes de la antigua Mesopotamia ya
practicaban formas de especulación y acaparamiento; los imperios
acumulaban riquezas para sostener su poder y prestigio. Con la llegada
del capitalismo moderno, la avaricia dejó de ser un instinto de
supervivencia y se volvió un motor económico: riqueza, inversión,
acumulación. Hoy, los mercados premian a quienes codician sin límites, y
las desigualdades se perpetúan gracias a esta emoción no domada.
La
filosofía y la religión han intentado frenar este impulso. El budismo
enseña el desapego; el cristianismo, la caridad; los estoicos, la
moderación. Incluso las leyes buscan controlar el exceso: impuestos,
regulaciones, límites a monopolios. Pero el hombre moderno sigue
atrapado en un ciclo: quiere más y nunca es suficiente. La avaricia no
muere, solo se disfraza de “éxito”, “mérito” o “esfuerzo”.
A
nivel social, la avaricia erosiona la confianza y la cooperación.
Divide comunidades, genera corrupción, explota recursos y perpetúa
injusticias. A nivel personal, corroe la tranquilidad y el sentido de
propósito: el que codicia demasiado vive siempre insatisfecho, siempre
mirando hacia lo que no tiene.
Quizá
la pregunta no sea cómo erradicar la codicia —ese deseo infinito y
primario— sino cómo reconocerla, contenerla y redirigirla. Donde no
podemos eliminar la fuerza, podemos aprender a domarla, a usarla para
crecer sin destruir. Aprender a vivir con menos y a dar más, incluso en
sociedades que premian lo contrario, es tal vez el primer paso hacia un
mundo donde la avaricia no sea tirana.
Bibliografía
1. Poley, Jared. The Devil’s Riches: A Modern History of Greed. Berghahn Books, 2018.
2.
Newhauser, Richard. The Early History of Greed: The Sin of Avarice in
Early Medieval Thought and Literature. National Humanities Center, 2009.
3. Burton, Neel. The Psychology of Greed. Neel Burton, 2014.
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