viernes, 26 de septiembre de 2025

 ¿Cae el comunismo en Nepal… o cae la narrativa?


Los titulares sensacionalistas que anuncian la “caída del comunismo en Nepal” suelen convertir un episodio de crisis política —rupturas de partidos, protestas de jóvenes, maniobras institucionales— en una narrativa teleológica: la ideología alternativa ha sido derrotada, fin de la historia local. Eso es impreciso. En Nepal han ocurrido estallidos sociales, tensiones entre facciones comunistas y crisis institucionales recientes; pero la escena política sigue dominada por partidos de origen comunista divididos y por una lucha por el control del Estado, no por un apagón ideológico automático. La cobertura que presenta esto como “colapso” tiende a elegir un verbo dramático para transformar disputa política en escenografía de derrota. 

¿Por qué esa elección de palabras importa?

Las palabras no describen neutralmente: enmarcan. Decir que “cae el comunismo” instala la idea de que la alternativa fue frágil, errónea o inevitablemente incapaz; mientras que cuando hay crisis dirigidas contra políticas neoliberales —por ejemplo huelgas y manifestaciones masivas en Francia por reformas de pensiones o el estallido social chileno— la prensa suele enmarcarlo como problemas de orden público, movilizaciones pasajeras o disfunciones administrativas, no como la puesta en riesgo del sistema económico dominante. El resultado: se legitima la continuidad del modelo hegemónico y se estigmatiza a los desafíos. 

Tres mecanismos del doble rasero mediático

1. Dramatización selectiva: Verbos como “caer”, “colapsar” o “derrumbe” aplicados a la izquierda aparecen con más frecuencia. Para la derecha/neoliberalismo se recurre a eufemismos (“ajustes”, “reformas necesarias”, “correcciones”). Esto hace que la crítica pierda legitimidad y parezca fruto de la incompetencia individual en lugar de un problema sistémico. 


2. Despolitización del statu quo: El neoliberalismo se presenta como sentido común o como el orden natural de las cosas, por eso sus crisis se tratan como fallos técnicos o de gestión; la alternativa se presenta como ideología peligrosa y extremista. 


3. Medición asimétrica de causalidad: Cuando un gobierno de izquierda falla, la causa tiende a buscarse en la ideología; cuando falla uno de corte neoliberal, las causas se personalizan o se atribuyen a líderes concretos, preservando la idea de que el sistema neoliberal en sí mismo no es responsable. Esto protege las estructuras que benefician a actores poderosos.



Ejemplos comparativos

Nepal (reciente): protestas juveniles, censura de redes y enfrentamientos que derivaron en crisis del Ejecutivo. La narrativa de “caída” confunde fractura partidista y reacción social con un fin definitivo del comunismo como corriente política en el país. 

Francia (reformas de pensiones y protestas continuas): movilizaciones masivas, huelgas y episodios de confrontación policiaco-ciudadana han sacudido al gobierno; sin embargo los titulares tienden a enfocarse en olas de disturbios o en el impacto sobre la vida cotidiana, no en una amenaza al “modelo” socioeconómico dominante. Eso naturaliza la permanencia del liberalismo económico aun ante crisis profundas. 

Chile (estallido social 2019-2020): la protesta dejó claro que la desigualdad estructural y la herencia de políticas neoliberales estaban en el centro del conflicto. La discusión pública sobre reformas constitucionales y redes de protección social fue enorme, pero los marcos mediáticos variaron entre diagnosticar injusticias y criminalizar la protesta, según el actor mediático. 

¿Cómo identificar el sesgo en un titular?

Hazte estas preguntas rápidas al leer una noticia:

1. ¿Qué verbo usan para describir el evento? (¿caer/colapsar vs. ajustar/reformar?)

2. ¿Qué actor aparece como “sujeto agente” de la acción? (¿las masas, la ideología, el mercado?)

3. ¿Se explican causas estructurales (desigualdad, reformas económicas) o se personaliza en líderes?

4. ¿Qué soluciones o protagonistas se legitiman en el artículo? (expertos del mercado, tecnócratas, fuerzas policiales).


Pequeña guía para desmontar esos marcos en un texto crítico (para tu blog)

1. Empieza con un titular simétrico: si usas “cae”, explica por qué el verbo está sobredimensionado.

2. Desglosa hechos verificables (fechas, cifras de movilización, decisiones institucionales) y acompáñalos de contexto histórico (p. ej. trayectorias de los partidos comunistas en Nepal; trayectoria de reformas en Francia y Chile). 

3. Contrasta titulares de distintos medios sobre el mismo evento para mostrar la variación del marco.

4. Conecta micro (hecho puntual) y macro (estructura económica) para evitar la personalización del problema.

5. Concluye proponiendo un lectorado activo: cómo consumir noticias con criterios críticos.

No es casualidad que la “muerte” de una ideología alternativa se anuncie con bombos y platillos, mientras que las crisis del modelo dominante se tratan como incidentes técnicos. Esa asimetría (y sus palabras) funciona para preservar privilegios y moldear lo políticamente posible. Desmontar ese doble rasero exige atención al lenguaje, a la selección de fuentes y a la conexión de los hechos con las estructuras económicas y sociales. 

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