¿Cae el comunismo en Nepal… o cae la narrativa?
Los
titulares sensacionalistas que anuncian la “caída del comunismo en
Nepal” suelen convertir un episodio de crisis política —rupturas de
partidos, protestas de jóvenes, maniobras institucionales— en una
narrativa teleológica: la ideología alternativa ha sido derrotada, fin
de la historia local. Eso es impreciso. En Nepal han ocurrido estallidos
sociales, tensiones entre facciones comunistas y crisis institucionales
recientes; pero la escena política sigue dominada por partidos de
origen comunista divididos y por una lucha por el control del Estado, no
por un apagón ideológico automático. La cobertura que presenta esto
como “colapso” tiende a elegir un verbo dramático para transformar
disputa política en escenografía de derrota.
¿Por qué esa elección de palabras importa?
Las
palabras no describen neutralmente: enmarcan. Decir que “cae el
comunismo” instala la idea de que la alternativa fue frágil, errónea o
inevitablemente incapaz; mientras que cuando hay crisis dirigidas contra
políticas neoliberales —por ejemplo huelgas y manifestaciones masivas
en Francia por reformas de pensiones o el estallido social chileno— la
prensa suele enmarcarlo como problemas de orden público, movilizaciones
pasajeras o disfunciones administrativas, no como la puesta en riesgo
del sistema económico dominante. El resultado: se legitima la
continuidad del modelo hegemónico y se estigmatiza a los desafíos.
Tres mecanismos del doble rasero mediático
1.
Dramatización selectiva: Verbos como “caer”, “colapsar” o “derrumbe”
aplicados a la izquierda aparecen con más frecuencia. Para la
derecha/neoliberalismo se recurre a eufemismos (“ajustes”, “reformas
necesarias”, “correcciones”). Esto hace que la crítica pierda
legitimidad y parezca fruto de la incompetencia individual en lugar de
un problema sistémico.
2.
Despolitización del statu quo: El neoliberalismo se presenta como
sentido común o como el orden natural de las cosas, por eso sus crisis
se tratan como fallos técnicos o de gestión; la alternativa se presenta
como ideología peligrosa y extremista.
3.
Medición asimétrica de causalidad: Cuando un gobierno de izquierda
falla, la causa tiende a buscarse en la ideología; cuando falla uno de
corte neoliberal, las causas se personalizan o se atribuyen a líderes
concretos, preservando la idea de que el sistema neoliberal en sí mismo
no es responsable. Esto protege las estructuras que benefician a actores
poderosos.
Ejemplos comparativos
Nepal
(reciente): protestas juveniles, censura de redes y enfrentamientos que
derivaron en crisis del Ejecutivo. La narrativa de “caída” confunde
fractura partidista y reacción social con un fin definitivo del
comunismo como corriente política en el país.
Francia
(reformas de pensiones y protestas continuas): movilizaciones masivas,
huelgas y episodios de confrontación policiaco-ciudadana han sacudido al
gobierno; sin embargo los titulares tienden a enfocarse en olas de
disturbios o en el impacto sobre la vida cotidiana, no en una amenaza al
“modelo” socioeconómico dominante. Eso naturaliza la permanencia del
liberalismo económico aun ante crisis profundas.
Chile
(estallido social 2019-2020): la protesta dejó claro que la desigualdad
estructural y la herencia de políticas neoliberales estaban en el
centro del conflicto. La discusión pública sobre reformas
constitucionales y redes de protección social fue enorme, pero los
marcos mediáticos variaron entre diagnosticar injusticias y criminalizar
la protesta, según el actor mediático.
¿Cómo identificar el sesgo en un titular?
Hazte estas preguntas rápidas al leer una noticia:
1. ¿Qué verbo usan para describir el evento? (¿caer/colapsar vs. ajustar/reformar?)
2. ¿Qué actor aparece como “sujeto agente” de la acción? (¿las masas, la ideología, el mercado?)
3. ¿Se explican causas estructurales (desigualdad, reformas económicas) o se personaliza en líderes?
4. ¿Qué soluciones o protagonistas se legitiman en el artículo? (expertos del mercado, tecnócratas, fuerzas policiales).
Pequeña guía para desmontar esos marcos en un texto crítico (para tu blog)
1. Empieza con un titular simétrico: si usas “cae”, explica por qué el verbo está sobredimensionado.
2.
Desglosa hechos verificables (fechas, cifras de movilización,
decisiones institucionales) y acompáñalos de contexto histórico (p. ej.
trayectorias de los partidos comunistas en Nepal; trayectoria de
reformas en Francia y Chile).
3. Contrasta titulares de distintos medios sobre el mismo evento para mostrar la variación del marco.
4. Conecta micro (hecho puntual) y macro (estructura económica) para evitar la personalización del problema.
5. Concluye proponiendo un lectorado activo: cómo consumir noticias con criterios críticos.
No
es casualidad que la “muerte” de una ideología alternativa se anuncie
con bombos y platillos, mientras que las crisis del modelo dominante se
tratan como incidentes técnicos. Esa asimetría (y sus palabras) funciona
para preservar privilegios y moldear lo políticamente posible.
Desmontar ese doble rasero exige atención al lenguaje, a la selección de
fuentes y a la conexión de los hechos con las estructuras económicas y
sociales.
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