Ninguna #ia es capaz de superar la conciencia humana, ¿por qué? Porque la conciencia humana es también consciencia , es decir, conciencia de sí misma, auto conciencia. Se toma a sí misma como objeto o, mejor dicho, cumple con la propiedad inmensa e infinitamente misteriosa de ser sujeto y objeto de sí (como lo “descubrió” Descartes). Esta propiedad es de carácter metafísico y no material, y es por tal motivo que ninguna ciencia experimental (incluyendo las diversas neuro ciencias , neuro biologías , etc) podrá nunca develar este misterio. A esto se debe que con mucha razón Heidegger afirmó que la verdadera ciencia suprema es la #filosofía ya que es la única capaz de encargarse del reino de la #metafisica . 

De lo anterior se deriva además el principio ontológico de que lo creado nunca podrá superar a su creador . La Naturaleza no puede superar a Dios y nosotros no podemos superar ni a la Naturaleza ni a Dios (por eso somos seres tan frágiles y finitos frente a tales entidades). En consecuencia, y siguiendo el paso lógico, la IA nunca podrá superar a su Creador, el Humano (y por supuesto, tampoco a la Naturaleza y a Dios). 

En conclusión, estemos tranquilos, porque más allá de todo el dinero que las mismas empresas que producen tecnología en general e IA han invertido en la industria cultural (incluyendo la del entretenimiento de masas, como el cine ) con el fin de hacernos creer que sus productos de vanguardia “superarán al ser humano”, lo cierto es que esa idea es más propaganda que otra cosa, es lo que ellas precisan que creamos. En el fondo, si como decía Descartes, dirigimos bien nuestro pensamiento, observaremos que tal idea es más una utopía post humana y post capitalista que una realidad, ya que se trata de algo ontológica y metafísicamente imposible. 

El humano es divino en su constitución (pues su consciencia es metafísica y no material) e insuperable por su propia creación. Y tener esto en claro es lo único que nos permitirá seguir pensando un mundo de humanos y para humanos donde las máquinas, como lo pensó Benjamin, estén al servicio del bien colectivo humano y no del bien privado tecnológico.

Nahuel Michalski