Jeannette Jara, candidata presidencial del Partido Comunista de Chile (PCCh) para las elecciones de 2025, es efectivamente militante de este partido, que se define como marxista-leninista y mantiene en su doctrina conceptos como la dictadura del proletariado. Sin embargo, no hay evidencia concluyente en sus declaraciones públicas o en su plataforma programática que indique que busca abolir la propiedad privada de los medios de producción en el contexto de su candidatura.
En su plataforma, publicada por el PCCh, Jara propone un modelo de desarrollo centrado en la demanda interna, con énfasis en mejorar los ingresos de las familias, fortalecer el empleo, aumentar el salario mínimo y promover un sistema tributario progresivo. También aboga por regular mercados concentrados para fomentar la competencia y limitar los intereses cruzados en sectores como los servicios financieros, pero no menciona explícitamente la expropiación o eliminación de la propiedad privada de los medios de producción.
Su discurso se tiene un enfoque pragmático y social, buscando "un país más justo, seguro y próspero" sin propuestas que apunten directamente a una transformación socialista radical del sistema productivo. Por otro lado, algunos posts en X han acusado a Jara de tener intenciones expropiatorias, como la supuesta propuesta de que los fondos previsionales no sean heredables y pasen a un fondo estatal. Sin embargo, estas afirmaciones no están respaldadas por fuentes verificables en su programa oficial o en entrevistas, y deben tratarse como especulaciones no confirmadas.
Jara ha tomado distancia de posturas más dogmáticas del PCCh, como la defensa de regímenes como el de Venezuela, calificándolo de "autoritario", lo que sugiere una postura más moderada dentro de su partido. Su historial como ministra del Trabajo, donde impulsó reformas como la reducción de la jornada laboral a 40 horas y la reforma de pensiones, muestra un enfoque negociador y dialogante, más que una agenda revolucionaria.
En resumen, aunque Jara es comunista y milita en un partido con una base ideológica marxista-leninista, no hay pruebas claras de que su candidatura busque abolir la propiedad privada de los medios de producción. Su programa se centra en reformas dentro del marco del sistema actual, pero su militancia genera desconfianza en sectores que temen intenciones más radicales, lo cual se refleja en críticas en redes sociales.
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