viernes, 28 de mayo de 2021

 En otras partes del mundo encontramos el caso de Carlos Slim, un empresario mexicano que figuraba como la persona más rica del mundo en 2011 en la lista Forbes. Gracias a su dominio de la industria telefónica en México, Slim consigue cobrar a sus clientes unos precios muy superiores a los que se dan en mercados más competitivos. Slim se apuntó el tanto decisivo al adquirir una importante participación en el sistema de telecomunicaciones de México cuando el país lo privatizó, una estrategia que está detrás de muchas de las grandes fortunas del mundo. Como hemos visto, es muy fácil enriquecerse consiguiendo un activo del Estado con un fuerte descuento. Muchos de los actuales oligarcas de Rusia, por ejemplo, consiguieron su patrimonio inicial comprando activos estatales a precios por debajo del mercado y, a continuación, asegurándose unos incesantes beneficios a través del poder monopolista. (En Estados Unidos, la mayor parte de los regalos que hace el gobierno tienden a ser más sutiles. Diseñamos normas para, por ejemplo, vender activos del gobierno que en realidad son dádivas parciales, pero de una forma menos transparente que en Rusia)

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