Las desigualdades globales del desarrollo, las dimensiones del conflicto que no están relacionadas con el capitalismo, la guerra y las presiones ecológicas, pueden acelerar o no la crisis del mercado de trabajo y del sistema de empleo capitalista, pero no pueden suspenderla o evitarla. ¿En qué consiste exactamente esa crisis? Aunque la mano de obra ha venido siendo sustituida por tecnología durante los últimos doscientos años, con el auge de la tecnología de la información y, en un futuro muy próximo, la inteligencia artificial, ese proceso está alcanzando actualmente su apogeo, al menos en dos aspectos: en primer lugar se ha acelerado y, en segundo, habiendo destruido durante la segunda mitad del siglo XX a la clase obrera manual, ahora está atacando y a punto de destruir también a la clase media, o dicho con otras palabras, a la nueva pequeña burguesía, que es el auténtico soporte del estilo de vida neocapitalista y neoliberal de «duro trabajo y juego duro» del arribismo-consumismo, que, como se verá más adelante, puede considerarse, de hecho, la base cultural indispensable de la sociedad capitalista actual. Lo que Collins ve venir es una rápida apropiación de los trabajos de programación, gestión, oficina, administración y educación por maquinaria lo bastante inteligente como para diseñar y crear nueva maquinaria aún más avanzada. La electronización hará a la clase media lo que la mecanización hizo a la clase obrera, y lo hará mucho más rápidamente. El resultado será un desempleo del orden del 50 al 70 por 100 a mediados de siglo, que afectará a quienes esperaban, gracias a una costosa educación y a una severa disciplina en el trabajo (a cambio de salarios estancados o decrecientes), escapar de la amenaza de despido, que ha golpeado a la clase obrera. Los beneficios, entretanto, irán a los bolsillos de «una pequeña clase capitalista de propietarios de robots», que se harán inmensamente ricos. El inconveniente para ellos es, no obstante, que cada vez más verán que no pueden vender sus productos, porque muy pocas personas tienen ingresos suficientes para comprarlos
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