El capital social es el pegamento que mantiene unidas a las sociedades. Si los individuos creen que el sistema económico y político es injusto, el pegamento no actúa y las sociedades no funcionan bien. Dado que he viajado por todo el mundo, muchas veces en calidad de economista jefe del Banco Mundial, he visto casos donde el capital social era sólido y las sociedades trabajaban colectivamente. También he visto casos donde la cohesión social había sido destruida y las sociedades se habían vuelto disfuncionales. Por ejemplo, Bután, el recóndito Estado del Himalaya situado al noreste de India, está protegiendo sus bosques como parte de un compromiso más amplio con el medio ambiente. Se permite que cada familia tale un número fijo de árboles para su propio uso. En un país con una población tan dispersa, yo me preguntaba cómo se podía hacer cumplir semejante orden. La respuesta era simple y directa: en nuestra jerga, gracias al capital social. Los butaneses han interiorizado lo que es «justo» cuando se trata del medio ambiente. No estaría bien engañar, de forma que no engañan. Las comunidades que dependen del riego —ya sea en las colinas y las montañas de Bali o en el desierto de Atacama, al norte de Chile— tienen que trabajar colectivamente para gestionar su agua y para mantener sus canales de irrigación. Da la impresión de que también las comunidades de ese tipo desarrollan unos fuertes vínculos, un fuerte sentido del capital social, con muy poco o ningún fraude al «contrato social». En el extremo opuesto, cuando visité Uzbekistán tras la caída del imperio soviético, vi las consecuencias de la erosión del capital social. La mayoría de los invernaderos carecían de cristales, lo que los hacía totalmente inservibles. Me dijeron que a medida que iban decayendo la sociedad y la economía uzbekas, cada familia cuidaba de sí misma. El cristal de los invernaderos lo habían robado. Nadie sabía con seguridad lo que iban a hacer con el vidrio robado, pero les daba una cierta seguridad y estaban seguros de que si no lo robaban ellos, otros lo harían
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