La guerra de las Malvinas (o de las Falkland, para los anglosajones) pasaría a la historia como una batalla sanguinaria pero bastante menor. En aquel entonces, las Malvinas no tenían una importancia estratégica aparente. Aquel grupúsculo de islas situadas frente a la costa argentina estaba a miles de kilómetros de Gran Bretaña y resultaba costoso de vigilar y mantener. Tampoco tenían mucha utilidad para Argentina, aunque la idea de tener aquella avanzada británica en sus aguas oceánicas era considerada una afrenta a su orgullo nacional. El legendario escritor argentino Jorge Luis Borges resumió aquella disputa territorial como «una pelea entre dos calvos por un peine».
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