lunes, 21 de abril de 2014

Ley de Telecomunicaciones: Volver al pasado (parte II)




Por H.S. García 1 de abril 2014
Marti Mcfly – “¿Usted me está diciendo que creó una máquina del tiempo con un auto DeLorean?”.
Doc Brown – “En mi opinión, si vas a crear una máquina del tiempo, ¿por qué no hacerlo con estilo? “ – Diálogos utilizados en la película de Volver al futuro.
Apreciable lector, ¿Recuerda que en la primera parte le comentamos acerca de lo siniestro y represiva que nos resulta la ley secundaria de Telecomunicaciones?, bueno, ahora le decimos cuales son las razones por las que la encontramos a la ley secundaria siniestra.
Bajo la sección o categoría de Acuerdos para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad se lee en el sitio web del Pacto por México, el compromiso 38, el cual describe a groso modo la creación de una instancia rectora de las comunicaciones. “Se realizarán las reformas necesarias para crear tribunales especializados que permitan dar mayor certeza a los agentes económicos al aplicar de manera más eficaz y técnicamente informada los complejos marcos normativos que regulan las actividades de telecomunicaciones y los litigios sobre violaciones a las normas de competencia económica.” , instancias con las mismas funciones que cualquier otro tribunal de ley (resolver disputas, sancionar y verificar el cumplimiento de la ley).
A pesar de esto, la controversia en el tema surge a partir de que el texto que actualmente circula en el senado de la república, el carácter de omnipotente y omnipresente de la Secretaría de Gobernación surge en las páginas que comprenden el documento.  Comenzamos desde la descripción de la iniciativa, se crean secciones o incisos, divididas en competencias. Cabe destacar que una de las principales facultades y obligaciones de la SEGOB es vigilar y determinar los tiempos, contenidos y pautas publicitarias, para las distintas formas de transmisión mediática, monitoreando que se lleve a cabo de la manera que la secretaría indique. ¿Qué quiere decir esto? Después de ser aprobada la iniciativa, el Estado contará con la facultad de determinar lo que usted verá en televisión, el tiempo que usted verá la programación previamente aprobada por la SEGOB, el tiempo de publicidad que verá y más allá de eso, los mensajes que usted recibirá eso quiere decir, que en el caso de que el contenido de un programa contradice a los valores nacionales; pondré de ejemplo, una película con un discurso altamente político que atenta contra la figura de Estado autoritario como la película de V de Venganza, podría ser retirada de la programación sin otra razón fuera de que las ideas expuestas en el largometraje, pudiesen alterar el orden público. Pese esto, no se establece un concepto fijo de lo que el Estado entiende por orden público.
Así que hemos preestablecido las bases de una iniciativa pro-censura, hagamos una breve lectura a uno de los puntos más relevantes de la iniciativa. El artículo 145 del documento establece que “Deberán preservar la privacidad de los usuarios y la seguridad de la red. Podrán bloquear el acceso a determinados contenidos, aplicaciones o servicios a petición expresa del usuario, cuando medie orden de autoridad o sean contrarios a alguna normatividad”, esto se traduce en que en el determinado momento que el contenido en línea de determinado usuario, crea controversia, gesta el debate o interfiera con las autoridades, las autoridades podrían bloquear su cuenta de Facebook, su cuenta de twitter, o su cuenta de tinder (suponiendo que alteré el orden, u ofenda algún usuario). NOTA: anteriormente no lo habíamos mencionado, pero toda empresa de redes que opere en el país deberá generar registros de sus usuarios, especificando lugar de conexión, tiempo de conexión, contenido que no cumpla con los estándares de calidad (el punto VII del mismo artículo menciona que, se debe cumplir con los niveles mínimos de calidad, pero nadie nos dice ¿qué carajos debemos entender por calidad?.
Dentro de la misma controversia parafraseando el artículo 257, plantea que el servicio público deberá de otorgarse en condiciones de competencia y calidad. Haciendo difusión de contenidos que “reflejen el pluralismo ideológico, político, social, cultural y lingüístico de la nación. Recibir programación que incluye diferentes géneros que respondan a la expresión de la diversidad y pluralidad de ideas y opiniones que fortalezcan la vida democrática de la sociedad;“, de esta forma queda la interrogativa del proceso de selección de este contenido de “calidad”. Estimado lector, le invito a que se haga a usted la pregunta, ¿sí estas ideas son opuestas a las dictadas por el Estado, las ideas aún encontrarían un espacio digno de las audiencias?, en nuestra opinión personal los medios son la forma más ágil de legitimación y adoctrinación con los que contamos. Quien posee el control, tiene en sus manos las paletas y brochas para moldear a las audiencias.
Aquí es donde se pone macabra la cosa, otra de las súper atribuciones del Estado establece en el artículo 197 que a petición oficial, aquel que preste un servicio de concesión, deberá “Realizar la suspensión inmediata de los servicios cuando así lo instruya la autoridad competente de conformidad con lo establecido en las disposiciones legales aplicables… Bloquear, inhibir o anular de manera temporal las señales de telecomunicaciones en eventos y lugares críticos para la seguridad pública y nacional a solicitud de las autoridades competentes… Colaborar con las instancias de seguridad en el monitoreo para verificar el bloqueo, inhibición o anulación de las señales de telecomunicaciones de conformidad con los lineamientos establecidos;”, este es un punto que nos regresa directamente al autoritarismo represivo característico en los regímenes a cargo de la administración del PRI.
¡Que maravilla!, gozamos de la modernidad en día. Imaginemos que estamos de viaje, algo exótico tal vez digamos la India. Que bonita es la sensación de acompañamiento y de unidad que las redes sociales y la tecnología nos brindan. En tiempo real usted podría visitar el Taj Mahal de día y no solo esto compartir ya sea por una vídeo llamada, mensaje instantáneo o por redes sociales la experiencia que usted vive en vivo y directo hasta el otro lado del mundo. ¡Toda una maravilla!
Dejando atrás ese aspecto, hay que considerar la posibilidad que la tecnología le ha brindado a la ciudadanía. La tecnología nos ha servido como una herramienta o arma frente al mal gobierno, ya sea desde subir en tiempo real un acto de brutalidad policiaca hasta exponer distintas formas de corrupción. De ser que se apruebe esto, podríamos estar regresando a la década de los años sesenta. Golpizas, represión y aprensión sin documentar, sin culpables. Nosotros los ciudadanos perdemos la posibilidad de reportar y documentar en casos que al Estado no le pareciera conveniente preservar el status de las comunicaciones.
Estimado lector, escribir estas palabras nos resulta entristecedor, es como leer los estatutos del Gran Hermano de Wells dictando que los hombres debemos vivir en una caja gris. Encontramos a un estado autoritario que elige las posibilidades del hombre, desde el momento en el que este cuenta con la posibilidad de interferir y limitar sus capacidades a través de su formación. Esto siempre ha existido, pero aparentemente la modernización viene con alto precio.

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