Muchos dirigentes y también los partidos políticos utilizan de manera constante la victimización como estrategia política, como opción para instalarse nuevamente en la consideración de la sociedad. No resulta nuevo que después de una humillante derrota en las pasadas elecciones, el PRI Estatal haga de esta estrategia la bandera con la que navegaran durante su largo camino por recuperar el poder, la moral e imagen.
No se debe perder el tiempo, cada programa social, cada error del otro representará de ahora en adelante la dificultad con la que se enfrentarán en un futuro incierto.
En meses previos vimos el pleito interno entre Mario Llergo, Secretario de Organización PRI Tabasco, demandando la supuesta corrupción en el DIF Tabasco al hacer compras directas y beneficiando a familiares de la titular en turno, menos mal que la esposa del hoy gobernador Arturo Núñez. El diputado y un pequeño grupo expulsado de las mieles del poder, difundieron en medios locales, no miembros de la famosa Chayolista (lista de proveedores locales o nacionales para promoción de actividades gubernamentales)  documentos que exponían la imposición y el monto de la compra. En dichos documentos que por cierto eran dudosos ya que tenían pequeños borrones que  hacen pensar la posible alteración de la documentación.
Al poco tiempo el DIF Tabasco reconoció que habían irregularidades en le proceso y decidió cesar al funcionario a cargo, mejor pedir perdón que pedir permiso.
El pleito ha ido subiendo de tono de modo que actores políticos en busca de futuras aspiraciones comienzan a meter mano para “ayudar” a los cuates que seguro en un futuro pagaran el favor.
Poco a poco hemos visto como van saliendo los trapitos al Sol, pues el Mario Llergo no resultó ser una blanca palomita y ante la posibilidad de visitar pronto a Granier, le salió lo caballero y entonces dijo: Primero Martita y luego yo.
Lo que es notable, es que el fuego proviene de las oficinas de la SEDESOL Federal encabezada por Chucho Alí, el perdedor, a través de una supuesta representante de EPN en Tabasco y asesor político de Osorio Chong, con la ayuda de sus amigos Ricardo Alemán y Jose Raul Reyes, la marioneta de TV Azteca noticias Tabasco.
Mario Llergo y compañía han optado por usar la estrategia de victimización para ganar un poco de credibilidad; quizás a algunos les haya ido bien a corto plazo, pero en definitiva y a la larga esta estrategia pasa sólo a ser eso, una mera maniobra para convertirse y recuperar el crédito perdido, o en pocas palabras son “patadas de ahogado”.
Qué y quién mueve a Mario Llergo
Por Víctor Ulín/  Y los obuses de Mario Llergo son también replicados por quienes  sostienen a Erubiel Alonso: los andradistas que extrañan los viejos tiempos del poder omnipotente y por supuesto de granieristas que siguen enquistados en la administración estatal. Foto: vespertinoolmeca.com
Apareció de la nada como el paladín anticorrupción sin ser, en efecto, el indicado para dar clases de moral o de honestidad.
De pronto, al priista y ex funcionario del Ayuntamiento de Centro, Mario Llergo Latournerie, le dio por denunciar a diestra y siniestra presuntos actos de corrupción de miembros de la administración estatal.¿Pero dónde estaba cuando el ahora ex gobernador Andrés Rafael Granier Melo y compañía saqueaban impunemente el estado y guardaban el dinero en cajas de huevo y en cuentas bancarias?
Hay en las expresiones del político priista dejos de amargura, resentimientos y frustraciones que tienen una explicación de fondo, como también de su desaforado protagonismo con el que busca reivindicarse luego de la debacle electoral de su partido en la contienda del 2012.
Mario Llergo no supera dos cosas: no haber sido diputado local y que su cuñado Román de la Rosa haya sido cesado como director de Vinculación de la Universidad Tecnológica que dirige el priista Fernando Calzada Falcón, ex secretario de Finanzas del ex mandatario Manuel Andrade Díaz. El error de nombrar a su cuñado fue de Calzada que pecó de desleal al incorporar a la universidad a quien atacó en campaña al hoy gobernador.
La Procuraduría General de Justicia de Tabasco consignó una denuncia penal con base en el expediente 159/2013, donde Mario Llergo fue parte del pago de 38 millones de pesos por las famosas “petunias de Paseo Tabasco”, que en realidad tuvieron un costo de 25 millones de pesos. En otras palabras, se infló el costo en 13 millones de pesos, mismo que seguramente se embolsaron estos pillos y que fueron detectados por la propia Contraloría Municipal de Centro.
No haber sido diputado local y luego de ser corresponsable de la derrota electoral en su calidad de operador político, lo llevó a romper relaciones y a distanciarse con el ex candidato a gobernador del PRI, Jesús Alí de la Torre, hoy director de políticas públicas de la Secretaría de Desarrollo Social.
El dirigente estatal del PRI, Erubiel Alonso Qué, ha secundado en más de una ocasión los ataques de Mario Llergo.
Y los obuses de Mario Llergo son también replicados por quienes  sostienen a Erubiel Alonso: los andradistas que extrañan los viejos tiempos del poder omnipotente y por supuesto de granieristas que siguen enquistados en la administración estatal.
No se equivoca el secretario de gobierno, Raúl Ojeda, cuando sostiene que los que ahora se asumen como políticos honestos y anticorrupción en realidad lo que extrañan es ese pasado que Andrés Granier Melo simboliza muy bien la cárcel: el de la corrupción campeante.
Seguramente, Mario Llergo ya debe saber lo que significa en carne propia sobrevivir fuera del presupuesto público. Y eso, por lo visto, no puede aceptarlo. No lo supera.