Velázquez se estableció en seguida en la región más oriental de Cuba, en Baracoa que, con el nombre de Asunción de Baracoa, fue la primera capital. Los nativos se resistieron pero sus arcos y sus flechas no podían contra las espadas de acero, y Velázquez no tardó en capturar a Hatuey de Santo Domingo. Lo que ocurrió a continuación forma parte de la mitología cubana.
Todo jefe enemigo capturado debía ser ejecutado; nadie lo discutía. Un franciscano ofreció a Hatuey una muerte y un entierro cristianos, siempre y cuando se convirtiese al cristianismo. Hatuey escuchó al franciscano y luego dijo que, si el cristianismo significaba tener que pasar la eternidad en compañía de españoles, prefería que no lo bautizasen. Así pues, murió en la hoguera, por pagano.
Thomas Hugh
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