Pobres con o sin tratado: TLCAN y la promesa incumplida del desarrollo
I. El tratado que prometía el paraísoEl
1 de enero de 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN), una alianza entre México, Estados Unidos y
Canadá que prometía traer modernización, empleos, prosperidad y
desarrollo económico. La narrativa oficial aseguraba que México, al
integrarse plenamente a la economía del Norte global, dejaría atrás el
subdesarrollo.
Treinta años después, vale la pena mirar atrás y preguntar:
¿Cuánto mejoró realmente la vida de la mayoría de los mexicanos?
¿Cumplió el TLCAN su promesa?
Veamos los datos.
II. ¿Y la pobreza?
Antes del TLCAN (1992–1994)En
1992, aproximadamente el 53% de la población mexicana vivía en pobreza,
lo que representa unos 48 millones de personas, de una población de 90
millones.
En 1994, tras la firma del tratado, México sufrió la crisis del “error de diciembre”, y la pobreza aumentó bruscamente.
Diez años después (2004)En
2004, la pobreza seguía afectando al 47% de los mexicanos, es decir,
unos 50 millones de personas, considerando que la población ya superaba
los 106 millones.
Conclusión:
En proporción, la pobreza bajó ligeramente.
En números absolutos, se mantuvo o incluso aumentó.
Las promesas de una clase media creciente se desvanecieron en la realidad de sueldos precarios y migración masiva.
III. ¿Qué tanto dependía México de EE.UU. antes del TLCAN?Ya en los años previos al tratado, la economía mexicana giraba alrededor del vecino del norte.
Exportaciones a EE.UU.En 1990, el 70% de las exportaciones mexicanas iban a EE.UU.
En 1993, esa cifra subió a 82%.
Para 2003, se había consolidado en 88%.
Importaciones desde EE.UU.En 1990, el 69% de lo que México importaba venía de EE.UU.
En 1993, subió a 74%.
En 2003, se mantenía en torno al 66%.
Conclusión:
México
ya era altamente dependiente de Estados Unidos antes del TLCAN. El
tratado profundizó esa dependencia, en lugar de diversificar el comercio
o fortalecer un mercado interno robusto.
IV. El modelo que se impuso: exportar barato, importar caroCon el TLCAN, México se convirtió en una plataforma maquiladora:
Exporta bienes con bajo valor agregado.
Importa tecnología, maquinaria y alimentos procesados.
Millones de campesinos fueron desplazados, incapaces de competir con productos agrícolas fuertemente subsidiados por EE.UU.
Las grandes empresas transnacionales ganaron; los pequeños productores desaparecieron.
V. Epílogo: ¿desarrollo para quién?El
TLCAN no trajo el paraíso prometido. No eliminó la pobreza, no redujo
la desigualdad, no fortaleció la soberanía económica ni alimentaria. Lo
que sí hizo fue institucionalizar la dependencia, reforzar los
privilegios de las grandes empresas y mantener a millones de mexicanos
en la frontera de la supervivencia.
La lección es clara:
Firmar tratados sin fortalecer primero lo interno, es condenarse a negociar desde la debilidad.
¿Qué queda por hacer?Construir
un nuevo modelo que no se base en exportar pobreza disfrazada de
competitividad, sino en dignidad, soberanía y justicia social.
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