martes, 4 de noviembre de 2025

Filantropía y poder: la ilusión de ayudar mientras se mantiene la desigualdad

Los multimillonarios modernos que financian fundaciones y donaciones no solo buscan mejorar la vida de algunos individuos; buscan conservar un sistema que los mantiene en la cima. La filantropía, en muchos casos, no cuestiona la acumulación extrema de riqueza, sino que legitima moralmente a quienes la poseen.

Como señala Chomsky, la riqueza concentrada tiene un doble efecto: permite a los ricos moldear la opinión pública y proyectar una imagen de generosidad, mientras que el sistema económico que perpetúa la desigualdad permanece intacto. Así, regalar unos millones en nombre de la caridad no es una acción de justicia social, sino un acto de mantenimiento del poder.

En este contexto, los grandes filántropos funcionan como administradores del orden desigual, eligiendo a quién “ayudar” según sus propios criterios, en lugar de transformar las condiciones que generan pobreza e injusticia. La crítica no está en la acción de donar, sino en la selección y el control que ejercen sobre la ayuda, manteniéndose como los que deciden qué es lo correcto y quién merece recibirlo.

En conclusión, la filantropía de los millonarios no debe evaluarse únicamente por su impacto inmediato, sino por su función dentro de un sistema que protege privilegios y evita cambios estructurales reales. Ayuda sí, pero justicia, rara vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario