lunes, 29 de septiembre de 2025

 William Pierce: del profesor al ideólogo neonazi


“A veces la historia no es un camino recto; algunos individuos la tuercen para convertirla en su proyecto de odio.”

William Luther Pierce (1933–2002) no fue un personaje marginal; fue, durante tres décadas, uno de los líderes neonazis más influyentes de Estados Unidos. Graduado en física y matemáticas, Pierce comenzó su carrera como profesor universitario. Sin embargo, detrás de la bata académica se gestaba un pensamiento obsesionado con la supremacía racial y la violencia política.

En 1974 fundó la National Alliance (Alianza Nacional), que pronto se convirtió en la organización neonazi más grande de Estados Unidos. Pierce no solo promovía ideas racistas: las estructuraba en un proyecto político completo. Su estrategia era clara: combinar ideología, literatura y cultura para moldear una comunidad blanca radicalizada. Publicaba discursos semanales, mantenía contacto con activistas europeos y utilizaba música y medios propios para difundir su mensaje.

Su obra más famosa, The Turner Diaries (Los diarios de Turner, 1978), es una novela de fantasía sobre una guerra racial en Estados Unidos. Aunque ficticia, la obra funcionó como un manual de radicalización y violencia: inspiró al terrorista Timothy McVeigh en el atentado de Oklahoma City y se convirtió en texto de culto entre grupos de milicias y supremacistas blancos.

Pierce entendía que la propaganda podía ser un arma. Su Alianza Nacional no solo era un grupo político; era una fábrica de odio organizada como empresa: con editoriales, sello musical (Resistance Records), revistas y material audiovisual. Reclutaba jóvenes, difundía su visión racista y financió actividades de forma sistemática.

El legado de Pierce no se limita a EE.UU.: sus textos y discursos circulan aún hoy en movimientos neonazis internacionales, demostrando cómo un individuo puede transformar la literatura y la organización política en un motor de violencia. Su historia es un recordatorio inquietante: el extremismo no siempre se presenta como monstruo visible, sino que a veces llega disfrazado de intelectual y visionario.

“Leer a Pierce es mirar al espejo de una ideología que quiso cambiar el mundo con odio, y, aunque falleció, sigue proyectando sombras.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario