domingo, 8 de mayo de 2022

 Esa es la contradicción existencial de la segunda modernidad que define nuestras condiciones de existencia: queremos ejercer el control sobre nuestras propias vidas, pero ese anhelo de control se ve frustrado en todos los ámbitos. La individualización ha hecho que todos y cada uno de nosotros estemos al acecho de los recursos que precisamos para procurarnos una vida eficaz, pero, a cada paso, nos vemos obligados a batallar con una economía y una política para las que no somos más que números. Vivimos siendo conscientes de que nuestras vidas tienen un valor único, pero somos tratados como si fuéramos invisibles. Las recompensas asociadas con el capitalismo financiero de esta última fase fluyen lejos de nuestro alcance y a nosotros no nos queda otra que contemplar el futuro con una perplejidad que estalla en violencia cada vez con mayor frecuencia. Nuestras expectativas de autodeterminación psicológica individual son el terreno sobre el que se edifican nuestros sueños, por lo que las pérdidas crecientes que sufrimos en el fuego lento de la desigualdad, la exclusión, la competencia generalizada y la estratificación degradante no son solo de índole económica. Nos hieren en lo más hondo llenándonos de desaliento y de amargura, porque nos sabemos merecedores de dignidad como individuos y del derecho a vivir con arreglo a nuestros propios términos. La contradicción más profunda de nuestro tiempo, escribió el filósofo social Zygmunt Bauman, es «el abismo que se abre entre el derecho a la autoafirmación y la capacidad de controlar los mecanismos sociales que la hacen viable o inviable [...]. Es de las profundidades de ese abismo que emanan los efluvios venenosos que emponzoñan la vida de los individuos contemporáneos». * Todo nuevo capítulo en el relato ya secular de la emancipación humana, insistía él, debe empezar por ahí. ¿Puede dar paso la inestabilidad de la segunda modernidad a una nueva síntesis, una tercera modernidad que trascienda la colisión y ofrezca un verdadero camino hacia una vida floreciente y eficaz para muchos, y no solo para unos pocos? ¿Qué papel desempeñará el capitalismo informacional?

Shoshana Zuboff

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