viernes, 29 de abril de 2022

 Uno se pregunta qué causará más daño al espíritu de la Humanidad actual, si la codicia cegadora o el apresuramiento agotador. Sea como fuere, los gobernantes de todas las orientaciones políticas se esfuerzan por promover ambas cosas e incrementar hasta la hipertrofia aquellas motivaciones que impulsan al hombre hacia la competencia. Que yo sepa, no existe todavía ningún análisis psicológico profundo de tales motivaciones, pero me parece muy probable que, junto a la ambición material o el deseo de ascender en el orden jerárquico, o bien combinado con ambos, el miedo representa también un papel esencial…, miedo de verse superado por la competencia, miedo de empobrecerse, miedo de adoptar determinaciones erróneas y no encontrarse ya nunca más a la altura de la tensa situación. El miedo en todas sus formas imaginables es, sin duda, un factor fundamental que mina la salud del hombre moderno desarrollando alta presión arterial, cirrosis hepática, infartos cardíacos prematuros y otras dolencias similares. Indudablemente, el hombre apresurado no se siente movido tan sólo por la codicia, pues ni los incentivos más atrayentes podrían inducirle a dañarse con sus propias manos como lo está haciendo: está sometido a la acción de un impulso , y este impulso sólo puede ser el miedo.

Konrad Lorenz

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