Una visita inesperada: Denise Dresser en la Universidad de #Monterrey #UdeM
Por H.S. García – 3 de mayo de 2014
Hablaré de lo que pasó la mañana del 29 de abril en la Universidad de Monterrey. Nótese que para esto no haré uso de la tercera persona, la razón de eso es porque he decido hablarle de lo que mis ojos presenciaron la mañana del 29 de abril. Ese martes a las 11 de la mañana tuve la fortuna de caminar por los pasillos del campus, cuando a lo lejos noté que una de las profesoras más prestigiosas de la división de ciencias sociales, se encontraba en un área común apodada “el sombreado”, viendo las pantallas de televisión públicas. Esto atrajo mi atención, por lo que decidí acercarme a las pantallas; lo que encontré fue inesperado era una conferencia de Denise Dresser. Al corto tiempo me enteré de boca de la profesora, que se trataba de una conferencia en tiempo real, la cual tomaba lugar en el auditorio de la Universidad. Al escuchar esto corrí directamente al auditorio, al llegar, me topé con un discurso majestuoso con el cual debo decir que me sentí identificado.
Cuando yo llegué al recinto, Denise hablaba acerca de las tres grandes reformas del sexenio de Peña Nieto. Ella hablaba sobre la reforma educativa, siendo pues una promesa a medias, pues por muy prometedora que fue la promesa de una reforma educativa. Esta ha llegado con deficiencias, misma que han ilustrado el panorama político de México. Para ejemplificar esto, Dresser habló de la paradoja en la participación ciudadana. Donde los maestros del sindicato se organizan y desfilan contra lo que ellos consideran una medida injusta (habló de la evaluación claro está), mientras que la realidad debería ser que los alumnos sean los que protesten por una educación de calidad. En el marco del tema habló sobre la impotencia del Estado para llevar una agenda con fines ciudadanos, cuestionando la influencia del sindicato sobre los distintos términos presidenciales.
De este punto comenzó a hablar sobre la iniciativa de ley secundaria en materia de las telecomunicaciones y la reforma constitucional correspondiente. Durante un lapso bastante largo este tema ha creado bastante controversia entre los círculos de opinión, así como en diversos grupos políticos y artísticos entre otros. Tema al cual le he dado seguimiento por varias semanas. Denise habló en este rubro sobre la actitud retro – activa del sistema político mexicano. Donde esté le quita la facultad al órgano con el carácter de la autonomía suficiente para ser regulador en el juego de las telecomunicaciones. Comenzando por la pérdida de la facultad de determinar quién es un actor preponderante. Ella hizo injerencia en este punto en particular, porque, ella considera que un país con un sector de telecomunicaciones competitivo logrará más prosperidad en los mercados, cosa que relacionó a los grandes de las telecomunicaciones quienes no se hicieron ausentes en su discurso. Denise habló sobre la influencia de Emilio Azcárraga y Carlos Slim quienes mueven la agenda política – democrática a su favor. Para este punto ella tenía mi completa y absoluta rendición sus ideas eran mis ideas, ella comenzó a cuestionar la realidad del mexicano. Aún puedo escuchar su pregunta al aire, “¿Acaso los mexicanos no tenemos derecho a una televisión de calidad?”, esta pregunta retumba en mi cabeza. Ella puntualizó que esta iniciativa viene llegando gracias a que los medios se han convertido en el cuarto Estado, un Estado que vigila y coordina a los otros tres Estados (Poderes), imponiendo su agenda sobre la del Estado gracias a la influencia pública que este tiene. Este punto, es un punto que me llegó a la conciencia, pregúntese mi estimado lector, para alguien cuya carrera gira en torno de su imagen (opinión pública), ¿Cuál fuerte es el poder del medio encargado en difundir su imagen?, piense y piense en los suicidios políticos, por ejemplo el veto de Santiago Creel en televisa. Los políticos se atreven a cuestionar son condenados al olvido. Entonces cuando Denise habla de un cuarto Estado con influencia sobre el Estado, es obvio que la suposición de este miedo es bastante acertada.
Finalmente Denise habló sobre la reforma energética, y las leyes secundarias relacionadas a esta; ella proclama su admiración hacia Alfonso Cuarón, quien abiertamente utilizó su influencia pública para publicar una serie de preguntas al presidente EPN, acerca de la reforma energética. Ella hizo mención de la falta de reformas al sindicato, mismo que en sus palabras “No es tocado ni con el pétalo de una reforma”. Denise cuestiona la propiedad sobre el petróleo de los mexicanos, nuevamente usando la retórica, cuestionando al oyente sobre su percepción de la propiedad. Argumentando que este es del sindicato, de los políticos y de los contratistas. Que más lejos de ser una reforma que sustente la libre competencia, más bien parece una adjudicación directa, esto gracias a que podría presentarse como una empresa que se contrapone sobre las regulaciones del Estado.
Denise Dresser termina su discurso extendiendo le a su auditorio una invitación, una invitación que en lo personal me logró entrar en el corazón. Ella habló del cambio ese cambio que todos queremos y que no llega, ella habló acerca del involucramiento con tu Estado, para esto lanzó la pregunta al auditorio, “¿cuantos de aquí sabes quién es su diputado local o federal?” para su sorpresa, solo 10 personas en un auditorio casi a foro levantaron su mano. Con esto ella cuestiona a su auditorio, preguntando sobre el verdadero compromiso con su comunidad, con lo público. Denise toca el tema de la formación cívico-cultural y lo liga a nuestra educación, haciendo notar que el mexicano promedio tiene 7 años de educación, y que a su vez a este se le enseña a ser exprimido por los de arriba y adorarlos por eso. Ella dijo, y me atrevo a parafrasear aquí porque sus frase retumba en mi conciente, “Yo también soy una naranja y todos los días soy exprimida por los gigantes, ya sea por telmex, telcel, pemex, la CFE, el sindicalismo y los partidos políticos”, ella hizo un llamado a despertar a tomar acciones, no acciones bélicas, porque sí hizo injerencia a la guerra de Calderón, dando a entender que es bastante contradictorio que lo que comenzó como una lucha contra la violencia termina por incrementar la violencia. El peor de los males en este caso, es que la presidencia actual sesga la información a su conveniencia, esto lo ejemplifica con las declaraciones del Estado quienes aseguran que los homicidios se han reducido con “el nuevo PRI”, cuando la realidad es que ellos no están contabilizando los homicidios a mano armada. Denise hace una invitación a los escuchas para que comiencen por limpiar el camellón, el parque, la banqueta, en otras palabras tomar conciencia del espacio público. Denise dijo que sólo así uno comprende la relación entre una banqueta amplia y limpia con la democracia. Así mismo, invita al escucha a unirse a causas que bogan por la ciudadanía; haciendo mención de la iniciativa que defiende la reelección, la iniciativa que promueve las candidaturas independientes.
Dentro de su promesa del cambio, ella hace hincapié en la ventaja de las redes sociales. Finalmente, y el mensaje más grande que me llevo es que el cambio no va a llegar de educar mejor a nuestros hijos, y hacer lo que “socialmente” se cree correcto. El cambio va a llegar del momento en el que decidamos poner presión sobre aquellos a quienes nosotros los ciudadanos pusimos en el poder. Recordarles a través de la ley de acceso a la información, que tienen una responsabilidad con la ciudadanía. El cambio no va a llegar con las armas, con una revolución bélica, el cambio tiene que ser un cambio de actitud. Ese discurso perdurará sobre mis ideales, fue un discurso positivista pero realista. Denise concluyó con la historia de Frodo en el libro de El Señor de los anillos. Diciendo que Frodo al igual que ella son personajes minúsculos, pero su poder surge a través de la unidad en el caso de Frodo, este se vuelve un verdadero adversario gracias a la comunidad del anillo. Nosotros somos iguales, todos padecemos los males del mal gobierno. Pero así como Denise Dresser al cerrar su discurso hizo alusión a las imágenes que conforman su identidad como mexicana. Ella mencionó el cabello despeinado de su hija, el café que hace su amiga en la condesa, los atardeceres en San Pancho, entre otras imágenes que la hacen mexicana. Aquí mi querido lector le quiero invitar a hacer un ejercicio de reflexión quiero que piense en aquellos momentos, lugares, objetos y personas de este país que usted lleva en el corazón, poniendo a un lado, todo simbolismo impreso en su identidad. Somos más que un himno, somos más que una selección, somos más que un artista. Somos un pueblo hermoso, es hora que aprendamos a valorar y veamos donde estamos.
Foto: Omar Valdez de EL NORTE
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