martes, 21 de enero de 2014

Engañados

Desprecio y engaño en ayuda a daminificados indígenas de la Montaña

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En el albergue en espera de la guarnición del día.Foto: Arturo de Dios Palma
Por Arturo de Dios Palma
CHILAPA, Guerrero. El Estado mexicano actuó con omisión, desprecio y con engaños a las comunidades indígenas durante la contingencia provocada por la tormenta Manuel, concluyeron habitantes de localidades damnificadas del municipio de Chilapa, de la región la Montaña, en el estado mexicano de Guerrero.
La conclusión la fijaron los pobladores de la comunidad de San Marcos Majada de Toro, de Zoquitipa, ambas de Chilapa, y de Ajacayán Oriente del municipio de José Joaquín Herrera, durante el foro Organización comunitaria: "Propuesta para Enfrentar los Desastres Naturales en las Comunidades de la Montaña baja", organizado por la radio comunitaria Uan Milauak Tlajtoli -La palabra verdadera en náhuatl- en su séptimo aniversario.
Han pasado más de dos meses y para los habitantes de San Marcos Majada de Toro –la más afectada en el municipio de Chilapa y declarada inhabitable por Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)-, la tragedia aún no termina.
Este fin de semana la radio comunitaria organizó un foro para que habitantes de diferentes comunidades de la región de la Montaña baja de Guerrero expresaran sus experiencias sobre la tragedia y, sobre todo, contaran la situación en la que actualmente se encuentran.
Por ejemplo, pobladores y autoridades comunitarias de San Marcos Majada de Toro contaron que el pasado 16 de septiembre, unas 2 mil 500 personas abandonaron sus comunidad por el temor de los cerros se les vinieran encima tras su reblandecimiento por de las torrenciales de lluvias que comenzaron tres días antes.
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Saciados, en el albergue donde se atienden a los damnificados de la tormental Manuel. Foto: Arturo de Dios Palma
El pasado 16 de septiembre pobladores de San Marcos salieron huyendo de su población rumbo a la comunidad de Xicaixtlahuac donde hasta ahora se encuentran refugiados. Para llegar hasta ahí caminaron por laderas más de dos horas.
Xicaixtlahuac es una comunidad indígenas de no más de 30 casas y con alrededor de 120 habitantes. Sin embargo ahora está convertida en un gran albergue: ahí habitan los más de 2 mil 500 personas, en su mayoría, en casas de campaña improvisadas con lonas de plásticos y láminas de aluminio en las lomas de la localidad. Ocho días antes de que arribara la ayuda -colchonetas- mujeres embarazadas durmieron sobre el piso de tierra aún humedecido. El lunes 23 de septiembre en pleno piso nació el segundo niño de una mujer de San Marcos Majada de Toro, en el refugio.
Los primeros días de la contingencia, el techo y las camas no fueron los únicos problemas que enfrentan los pobladores de San Marcos Majada del Toro, también tuvieron otro más urgente: la alimentación. La ayuda gubernamental fue casi nula, llegó a cuenta gotas.
En esos días, lograron tener algo de comida gracias a lo solidaridad de pueblos enteros. En días de desabasto, los pobladores de la comunidad de Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango, un pueblo regido por el narco, les acercó comida. Para ofrecerles un plato de comida debieron recorrer kilómetros y comprar hasta 300 kilogramos de tortillas de máquina y 200 de hechas a mano.
El presidente municipal, el priísta Francisco Javier García González, llegó a la Xicaixtláhuac ocho días después de que arribaron los pobladores de San Marcos Majada de Toro.
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Los niños daminificados por la tormenta Manuel fueron los más afectados por enfermedades respiratorias y gastrointestinales. Foto: Arturo de Dios Palma
Ahora, a 67 días la contingencia, la situación, dicen los pobladores en el foro de la radio comunitaria, no ha variado mucho. Continúan todavía viviendo y durmiendo bajo casas de campaña improvisadas y con la insuficiencia de víveres. Pero aunado a esto, ahora el frío y las condiciones insalubres comenzaron a golpear a los más de 2 mil 500 habitantes del refugio.
De acuerdo a los pobladores, autoridades y profesores, las enfermedades respiratorias y gastrointestinales son las más frecuentes. Además de esto los alacranes comenzaron a comenzaron a salir de sus guaridas.
Respecto a la ayuda humanitaria, el comisario de San Marcos Majada de Toro, Francisco Bruno Carbajal, denunció que la que ha llegado de parte del gobierno municipal del priísta, García González ha sido insuficiente.
“Cuando ha llevado ayuda (el presidente municipal), la hemos repartido entre todas las familias y apenas toca de cinco huevos por familia, un montón de chiles verdes y unas papas”, ejemplificó uno de los 13 profesores de la primaria de San Marcos que ahora imparte clases bajo árboles y hules a un grupo de los 318 alumnos que están inscritos.
Otro asunto que les preocupa a los pobladores de San Marcos Majada del Toro es la reubicación de su comunidad. Como en muchos más lugares, ellos no han recibido ninguna propuesta concreta sobre dónde edificarán sus nuevas casas.
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Casas al borde del desfiladero, mientras la comunidad espera orientación para ser reubicada. Foto: Arturo de Dios Palma
El 25 de septiembre, el Cenapred a través de un nota informativa consideró que la permanencia de habitantes en la comunidad de San Marcos Majada de Toro representa “muy alto riesgo porque muestra indicios de que el terreno irremediablemente se deslizará”.
La Subsecretaría de Protección Civil del gobierno del estado recomendó a García González, “evacuar al total de las familias” de esa comunidad, pero sin orientarlos más sobre una ubicación geográfica segura.
Ahora los pobladores de San Marcos pidieron que su nueva comunidad se haga de una forma planeada, bajo un estudio, donde pueda ver calles bien trazadas y no como las que tenían en su anterior pueblo, que estaba montado sobre cumbres.
Por su parte, pobladores de la comunidad de Zoquitipa, pidieron a los gobiernos de los tres niveles que pongan atención en las comunidades indígenas.
“El gobernador y el presidente (de la República) andan en Acapulco diamante, allá sólo se les inundaron sus casas, acá nosotros tenemos daños completos y además parte de nuestro cultivos se los llevo la lluvia”.
En el foro participaron pobladores de las comunidades de San Marcos Majada de Tora, de Zoquitipa, de Ajacayán Oriente del municipio de José Joaquín Herrera, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, de la Universidad Autónoma Chapingo y de la Universidad Intercultural del Sur (Unisur) así como integrantes del Grupo de Estudios Ambientales (GEA).
En las conclusiones comunidades y organizaciones denunciaron la omisión por parte del Estado para atender los problemas públicos de la región, un olvido que se evidenció a partir del paso de la tormenta Manuel.
Asimismo denunciaron el desprecio de las instituciones públicas hacia las comunidades, al no atender en tiempo y forma la urgencia que han vivido.
Además indicaron en el texto que tras la tragedia, desde el poder se generó un engaño mediático para confundir a la opinión pública en el uso y manejo de los víveres y despensas hacia los pueblos afectados.
En el pronunciamiento, las comunidades y organizaciones proponen la creación de una red para intercambiar información que permita en el proceso organizativo antes próximos desastres.
El séptimo aniversario concluyó con el concurso de grafitis donde se abordó el mismo tema del foro: los desastres naturales y la organización comunitaria para enfrentarlos. El ganador fue el joven Miguel Ángel Ramírez Farias.
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