Así lo evidencian las insólitas revelaciones por el Guardian y el
Washington Post de documentos ultrasecretos estadunidenses que ponen al
desnudo una masiva y universal intervención de las comunicaciones
telefónicas y de internet –incluso en las llamadas redes sociales- a
escala internacional, y en particular las de los estadunidenses. Los
documentos develados hasta ahora muestran una orden judicial secreta
impartida en abril al gigante de telefonía celular Verizon para que
diariamente reporte a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus
siglas en inglés) datos básicos sobre el tráfico telefónico de sus
usuarios. En otra filtración, un documento de la agencia expone
detalladamente el programa PRISM, iniciado en 2007, que permite
monitorear todos los mensajes intercambiados por los usuarios de Google,
Facebook, Apple, Microsoft, Skype y otros pulpos de internet. Cabe
recordar que el grueso del tráfico internacional de la web pasa por
sistemas en Estados Unidos, de modo que es válido suponer la extensión
del programa al mundo entero. Obama asegura que “no se están grabando
sus conversaciones telefónicas”. Según la versión oficial solo se lleva
el registro de números de origen y destino y duración de las llamadas.
Pero la declaración al Guardian de Edward Snowden ex funcionario de la
CIA y de la NSA y fuente de las revelaciones dice lo contrario: La NSA
ha levantado una infraestructura que le permite… capturar la inmensa
mayoría de las comunicaciones humanas de manera automática… Si, por
ejemplo, yo quiero ver sus correos electrónicos o el teléfono de su
mujer, lo único que necesito es usar métodos de interceptación, que me
permiten obtener correos, contraseñas, historiales de teléfono, datos de
tarjetas de crédito… No quiero vivir en un mundo en el que se graba
todo lo digo y lo que hago. Es algo que no estoy dispuesto a defender ni
con lo que quiera vivir.
Además, la filtración posterior de la orden dada por Obama al aparato de
seguridad nacional de confeccionar una lista de eventuales objetivos de
ataques cibernéticos militares en el extranjero, sin excluir la
posibilidad de que se haga en Estados Unidos, aunque parezca
principalmente dirigido contra terceros países tiende a incrementar los
crecientes temores de los estadunidenses sobre la pérdida total del
derecho constitucional a la privacidad. Ambos diarios aseguran haber
verificado la autenticidad de los documentos, de los que han publicado
copias fotostáticas de gran calidad.
La directiva de Obama, de octubre de 2012, acuña el concepto Operaciones
Ofensivas de Efectos Cibernéticos(OCEO por sus siglas en inglés) “que
pueden ofrecer únicas y no convencionales capacidades para avanzar los
objetivos nacionales de Estados Unidos alrededor del mundo con escasa o
ninguna advertencia al adversario u objetivo y con potenciales efectos
que van de sutiles a severamente dañinos”. En enero el Pentágono anunció
una gran expansión del Cibercomando, unidad responsable de la ejecución
de operaciones cibernéticas ofensivas y defensivas, bajo la dirección
del general Keith Alexander, también jefe de la NSA.
La directiva tiene una grave repercusión internacional al desnudar al
gobierno de Obama no sólo como una máquina de espionaje omnipresente
sino como un potencial agresor a escala planetaria con planes para hacer
daño calculado y de forma “anticipada” a otras potencias, tal como se
lee en la copia publicada en el Guardian. Y acusan a China… Pero
probablemente lo más temible para la administración sea la bola de nieve
que se está creando dentro de Estados Unidos con una parte importante
de la sociedad protestando y pidiendo explicaciones sobre estos hechos
ominosos.
Si unimos esto a la acción de los drones, cuyos blancos decide Obama en
secreto por nombre y apellido cada semana, erigiéndose de esa forma en
fiscal, juez y jurado cabe preguntarse si la conducta que Washington
sigue en el mundo después del 11/s tiene algo que ver con la democracia o
más bien con un régimen de excepción militarizado.
Twitter: @aguerraguerra
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