lunes, 20 de mayo de 2013

La propiedad del BRCA1 y la mastectomía de Angelina Jolie


CREDITO: 
Maribel R. Coronel
Un gran debate internacional se detonó a partir de una carta escrita por la célebre actriz y empresaria hollywodense Angelina Jolie y publicada hace unos días en el periódico The New York Times. Ella ahí explica qué fue lo que la llevó a decidir someterse en abril a una doble mastectomía, es decir, quitarse ambos senos.
Es una decisión muy difícil a la que se enfrentan continuamente las mujeres con cáncer de mama y en muchas ocasiones ni siquiera es decisión, sino que es inevitable. Pero debe ser más difícil para una mujer que no tiene cáncer y que, conforme a una prueba genética, su probabilidad de contraerlo es elevada.
En el caso de Jolie, el examen genético resolvió que su probabilidad de sufrir cáncer de mama era 87% y de cáncer de ovario, 50 por ciento. Consciente de que su mamá años atrás había muerto de cáncer a los 56 años, Jolie –para muchos ícono de la sensualidad del cine estadounidense- decidió valientemente extirparse los senos y con ello reducir a 5% el riesgo de dejar a sus hijos sin madre por el cáncer.
Con su testimonio, Jolie anima no sólo a miles de mujeres con alto factor de riesgo de cáncer a hacerse la mastectomía, sino a muchas otras a hacerse esa prueba genética que puede decirte qué tan susceptible eres de que el cáncer te arrebate la vida.
El punto de controversia en torno de la historia de Jolie es que dicha prueba genética es una secuenciación del ADN del ser humano y la ofrece una única empresa privada en todo el planeta, es decir, ha conseguido patentarla mundialmente. Se trata de Myriad Genetics, un corporativo estadounidense que cotiza en el Nasdaq con una capitalización cercana a 2,600 millones de dólares.
La protección en materia intelectual de las secuencias genéticas, de mutaciones y de algunos métodos diagnósticos es un tema polémico y específicamente el caso del BRCA1 ha generado un debate ético, jurídico y social por aquello del derecho a la salud de los pacientes y el potencial no acceso a tales pruebas por su elevado precio, dado el principal interés de redituabilidad de sus exclusivos propietarios. En el caso del BRCA1 que se hizo Jolie, cuesta 3,000 dólares.
Habría que ver a ese precio qué tan accesible resulta para la población o qué hacer para reducirlo, dilema en el que las farmacéuticas se encuentran desde hace décadas.
Instituciones académicas y sociedades científicas de genética europeas han cuestionado las patentes otorgadas a Myriad Genetics. De hecho, la Unión Europea ya revocó una de ellas, y hay en curso juicios legales para decidir el rumbo de estos esquemas de propiedad intelectual donde estaría en discusión incluso si es factible que un privado pueda apropiarse de la secuenciación genética del ser humano.
Vector Pharma, del 4 al 6 de junio
Por cierto, entre los temas que se abordarán en el “Seminario Internacional” que Anafam organizará en el marco de su encuentro de negocios Vector Pharma del 4 al 6 de junio en la capital mexicana, una consejera de la OMC dará la conferencia “Promover el acceso a las tecnologías médicas y la innovación: intersecciones entre salud pública, propiedad intelectual y comercio”. Una profesora de Yale University hablará de “Los derechos humanos en el contexto de las patentes de medicamentos”; un asesor de la OMS tocará “Políticas farmacéuticas nacionales: una propuesta de la OPS-OMS”y un directivo de IMS Health Inglaterra hablará de “La industria farmacéutica y el mercado de medicamentos genéricos”. Son algunos de los expertos internacionales de primerísimo nivel que abordarán asuntos vitales para esta industria.

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