Ya no se trata de un goteo
del grifo, ni de una pequeña vía de agua. Es una inundación. Estoy
hablando de la crítica a la Ingeniería Genética desarrollada por
Monsanto y aplicada a la producción de alimentos.
Durante los últimos 20 años, científicos independientes han llevado acabo estudios que muestran los peligros de los transgénicos, y finalmente The New York Times también se ha unido a una creciente multitud.
Mark Bittman, columnista de
temas de alimentación de la revista Times habla de la decepción creada
por la Ingeniería Genética. Titulaba a su columna del 2 de abril: “¿Por qué necesitan protección los transgénicos?. Y decía:
“La Ingeniería Genética ha decepcionado a muchas personas que habían puesto grandes esperanzas en ella”.
Se acabó la fiesta. Apaguen las luces.
Bittman lo explica: “…La
Ingeniería Genética, o por decir más correctamente, la Ingeniería
Transgénica – un gen de otra planta, bacteria o animal es introducido en
una planta con la esperanza de mejorar la carga genética natural- ha
resultado decepcionante”.
Pero por si esto no fuera suficiente, Bittman lo señala con mayor detalle: “En
los casi 20 años que se lleva aplicando la Ingeniería Genética en la
agricultura se han producido dos éxitos notables, con otros que no lo
son tanto. El desarrollo de cultivos resistentes al herbicida Roundup de
Monsanto, y los cultivos Bt que desarrollan su propio insecticida. Los
primeros han fracasado: aparición de malas hierbas resistentes a Roundup; los segundos también muestran signos de fracaso: los insectos también desarrolla resistencia a la toxina Bt insertada en la planta – una toxina bacteriana- antes de que se puedan presentar nuevas variedades”.
Bittman señala que la
resistencia de las supermalezas es algo evidente: los científicos que
llevaron a la práctica la Ingeniería Genética desde sus inicios no
pensaban que el tratamiento de las plantas con Roundup iba a producir el
fracaso de esta tecnología, sin evitar lo que querían evitar. Las malas
hierbas no se extinguen, sino que se hacen resistentes y prosperan.
“El resultado es la mayor
crisis en la Agricultura del monocultivo, que representa el 90% de toda
la soja, el 70% del maíz que se cultiva con semillas Roundup Ready, y
radica en la incapacidad del glifosato (ingrediente activo de Roundup)
para un control de las malas hierbas, y por el contrario una docena de
ellas ya han desarrollado resistencia”.
Así que como las malas
hierbas han desarrollado resistencia e inmunidad a los herbicidas, los
insectos perjudiciales que se pensaba iban a ser eliminados por la
toxina Bt de Monsanto siguen proliferando.
Hace 5 años era impensable
que The New York Times expresase de forma tan clara un rechazo a la
tecnología de los transgénicos. Ahora “todo el mundo lo sabe”, y considera que ya no tiene sentido ocultar esta información por más tiempo.
Desde luego si fuera un
diario más crítico presentaría esta información en primera página,
mostrando el enorme fracaso, el enorme fraude que hay detrás de los
transgénicos, y posiblemente vería que el número de lectores aumenta.
Los editores lo entienden
bien. Sueltan la liebre tratando de que los investigadores, que antes se
mostraban reticentes frente a las Corporaciones y los Gobiernos, saquen
a la luz la información que han estado reteniendo: las prácticas de
Monsanto, de sus socios en el Gobierno, la falsificación de datos, etc.
La FDA ( Agencia de
Alimentos y Medicamentos) y la USDA ( Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos) tratarán de explicarse de una forma y otra, pero habrá
personas que tratarán de mostrar las cosas de otra manera: la ocultación
y mentiras de estas dos agencias gubernamentales. Y una vez que se
hable claramente de los peligros para la salud humana y los peligros
causados por los trasngénicos ocupará un lugar central, y eso de que “nadie se ha puesto enfermo por consumir alimentos transgénicos” se esfumará en el aire.
Bueno quizás nos digan: “Nunca se ha probado que sean peligrosos para la salud”, sin embargo estaremos seguros de que “sabían que había problemas desde el primer momento”. Sí,
The New York Times puede producir este cambio. Pero quizás no lo haga,
por dos razones: la primera, considera a la Agroindustria como demasiado
grande como para fracasar. Actualmente existe en los Estados Unidos una
enorme superficie cultivada con transgénicos, y se produciría una
hecatombe de consecuencias impredecibles. Y en segundo lugar, The New
York Times ve en la Industria de la Ingeniería Genética una forma de
extender la globalización por todo el planeta.
La
centralización de la cadena alimentaria en unas pocas manos significa
que la población va a comer de acuerdo con los dictados de unos pocos
hombres, que la redistribución de los recursos básicos va a estar
controlada; eso es lo que conlleva la globalización:
“Es algo que está muy bien… por aquí vivimos bien, un poco más allá ya no tan bien y los más alejados ya ni siquiera viven”.
Pero ésta es nuestra opinión. No se preocupe y sea feliz.
Jon
Rappoport ha escrito “The Matrix Revealed y “Salida de la Matriz”. Jon
ha sido candidato a un escaño en el Congreso de los Estados Unidos por
el Distrito 29 de California. Candidato al Premio Pulitzer, lleva
trabajando como periodista de investigación desde hace 30 años,
escribiendo artículos de política, medicina, salud.
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