Yazmín Tarango
09/Feb/2013 11:06
Nuevas herramientas contra la trata de personas (Foto: Internet ).
La Organización de Naciones Unidas (ONU)
reporta que la trata de personas constituye el tercer negocio ilícito
más lucrativo a nivel mundial y genera entre 32 mil y 36 mil millones de
dólares cada año.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
reporta que en el mundo hay 20.9 millones de personas, principalmente
mujeres y niñas, víctimas de explotación laboral y sexual.
Por desgracia, México es fuente, tránsito y destino
para la trata de personas con fines de explotación sexual, comercial y
trabajo forzado, que representan graves violaciones al derecho a la
integridad y dignidad personal, vida, salud y libertad.
Los grupos más vulnerables son mujeres, niñas, niños, indígenas
y migrantes indocumentados. Y aunque no existen cifras oficiales,
monitoreos y estudios apuntan que casi medio millón de personas son
explotadas sexualmente en nuestro país.
Las autoridades, a través de leyes y programas especiales, luchan de manera permanente por la prevención, sanción y erradicación de los delitos en la materia, pero en cuanto a la protección de las víctimas aún hay mucho por hacer.
Es por ello que la apertura de canales entre la ciudadanía de denuncia y prevención
es bienvenida, pues fomenta la sensibilización de la sociedad civil,
visibiliza estas prácticas y permite una aproximación más humana a los
procesos de atención integral de los agraviados.
Panorama
El diagnóstico Human Trafficking Assessment Tool, aplicado por American Bar Association (ABA)
en México, detecta 47 bandas dedicadas a la trata y documenta que las
entidades con mayor riesgo son el Distrito Federal, Baja California,
Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Tlaxcala y Quintana Roo.
A su vez, Jade Rivera Rossi, consultora del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), suma a Puebla, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán a esa lista.
Asimismo, declara que el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Distrito Federal y Guanajuato son los principales demandantes de mano de obra de menores.
La trata de personas, así como la explotación
sexual y laboral, debido a su complejidad y dimensiones han encontrado
en cada estado, ciudad y comunidad de México condiciones particulares
para expandirse, aseguran por su parte Mario Alfredo Hernández y Julieta
Morales en el texto Prostitución: una visión desde los derechos humanos.
Los expertos apuntan que se debe armonizar la Ley
General para Prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de
trata de personas y para la protección y asistencia a las víctimas en
las 32 entidades, con el fin de “evitar que existan
acciones aisladas, sanciones dispares y tipos penales no unificados, lo
cual puede redundar en impunidad”.
Referente
En entrevista con Vértigo, Rosi Orozco, presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata, reconoce la voluntad gubernamental de Quintana Roo, Coahuila y Yucatán.
Este último porque llevará junto con la CNDH
material de prevención a los pueblos indígenas para evitar que quienes
son más vulnerables caigan en esas redes, y porque ya es el cuarto
estado de la República que homologa sus reglamentos con la Ley General.
Pero, sobre todo, Orozco aplaude el modelo de combate del Gobierno del Distrito Federal (GDF), que ha logrado más de 70 personas encarceladas, 27 sentencias, 324 víctimas rescatadas y 20 inmuebles incautados.
Incluso, la semana pasada la Comisión Unidos
contra la Trata firmó un convenio con el presidente del Consejo
Ciudadano de la Ciudad de México, Luis Wertman, para crear un call center
para denunciar este delito, el cual funcionará de forma permanente en
el número 5533-5533 y estará atendido por sicólogos y abogados.
La línea para denunciar y buscar
apoyo estará disponible marcando antes 01800 desde el interior de la
República y se podrán registrar denuncias vía mensaje de texto al 5533.
Al respecto, Rosi Orozco opina: “Es muy importante
abrir canales de ciudadanos a ciudadanos porque, en el caso de la
esclavitud sexual, las víctimas han sido violentadas y perseguidas por
las mismas autoridades y ello las intimida al querer denunciar o comenzar un proceso jurídico. Le decimos Centro de contacto, porque es más que un call center: al llamar, no sólo pueden denunciar, sino también pedir información y preguntar cómo se puede ayudar”.
Además, con cada llamada, a través de un sistema
de cómputo, se hará un seguimiento de todo el proceso de investigación
hasta la reinserción social. “Se tomará un registro de qué sucedió;
si hubo un operativo; cómo; cuándo; dónde; a quién se rescató; si se le
mandó a un albergue; si recibe atención sicológica o no… Porque para la
Comisión Unidos contra la Trata los seres humanos son lo más
importante”, explica.
Compromiso de todos
Armando Hermoso Larragoiti, director ejecutivo del
Centro de Investigación, Difusión y Estudios sobre la Trata de Personas
y Explotación Comercial (Cidetec), comenta por su
parte que para poder enfrentar estos delitos el compromiso es de todos.
“Todo estamos expuestos; en estos delitos no se discrimina”, asevera.
Por ello “necesitamos una sociedad informada sobre
lo que es trata de personas, pero no únicamente relacionarla con la
explotación sexual y prostitución, sino entenderla como un tipo de
esclavitud en el que existe explotación laboral, trabajos forzados, servidumbre, mendicidad, venta de personas, matrimonios forzados e inclusive extracción de órganos”.
Requerimos, dice Hermoso, “que la gente conozca
estos delitos; que identifique, tipifique y denuncie; porque sólo así se
fortalecerá el sistema judicial. La población en general, y la sociedad
civil organizada, deben convertirse en supervisores, en entes que den
seguimiento a todas las áreas gubernamentales y, por ende, estar muy
alertas frente a las actividades y avances”.
Además, Armando Hermoso exhorta a las autoridades a crear programas de prevención en los que se incluya el alentar a la denuncia.
Rosi Orozco, a su vez, destaca la obligación del Estado para crear mecanismos que hagan cumplir la Ley General
y la organización que representa insta a generar instrumentos de
observación y evaluación con criterios uniformes, a fin de impulsar
medidas correctivas compensatorias; dar seguimiento a las 97 líneas de
acción que la Ley General determina, tanto para la Comisión
Intersecretarial como para cada una de las dependencias del Ejecutivo
Federal; desarrollar estudios de esta ley para identificar lagunas y
problemas; y, sobre todo, garantizar un trabajo coordinado con las
organizaciones sociales.
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