PRI: bienvenidos al pasado
Peña. La foto con el presidente.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MEXICO,
D.F. (apro).- El PRI volvió para quedarse y tiene las condiciones para
otro largo predominio: La izquierda fraccionada y cooptada; la derecha
panista corrompida y en el desprestigio; los medios dados a la
propaganda; la intelectualidad embelesada; el clero y el empresariado,
fascinados, y la sociedad desarticulada, entre indolente y expectante.
Parece
imposible que la nueva hegemonía del PRI dure 71 años, como la primera,
pero sería ingenuo pensar que un proyecto como el que ahora encabeza
Enrique Peña se agotará sólo en este sexenio, sobre todo cuando las
condiciones de arranque son tan prometedoras.
En
primer lugar, el referente de eficacia de Peña serán los dos sexenios
del PAN, cuyo infecundo saldo hará resplandecer cualquier logro, como lo
muestra la estratégica decisión de encarcelar a Elba Esther Gordillo
–con todo el tufo de Carlos Salinas–, cuyos costos en su totalidad son
para Vicente Fox y Felipe Calderón.
En
ese sentido, los jóvenes menores a 30 años tienen una vaga referencia
del priismo autoritario y, en esa lógica, un alto porcentaje de ellos
atribuye su desesperanza sólo a la docena trágica del PAN.
En
segundo lugar, las cúpulas del PAN y PRD han sido cooptadas por Peña a
través del Pacto por México, les ha arrebatado todas sus banderas
electorales y las ha confrontado con sus propios grupos internos, con lo
que las ha neutralizado para tomar iniciativas contundentes contra el
poder presidencial y hasta el de los gobernadores priistas.
En
tercer lugar, a diferencia de antes del 2000, Peña puede alegar que fue
elegido en comicios democráticos y, aunque eso no sea cierto, tiene la
legitimidad para emprender las reformas que el país necesita y remover
los obstáculos que lo impiden, como en el caso de Gordillo para el
saneamiento de los sindicatos y la impunidad en general.
En
cuarto lugar, antes de su campaña y antes siquiera de que Gordillo
pudiera ser capturada, desde el Estado de México Peña pudo realinear a
los grupos de interés que le habían transferido el apoyo al PAN desde el
2000: El empresariado, la Iglesia católica y los medios, no sólo los
grupos de radio y televisión, sino los escritos y digitales dedicados
más a la propaganda que a informar a la sociedad de los asuntos de
interés público.
Al
aval de las élites locales, que no conocen partido, Peña sumó el de los
grupos de interés internacional, en especial los que ambicionan los
recursos energéticos del país y a los que fueron dedicadas las reformas
al Programa de Acción del PRI, en la Asamblea Nacional, para generalizar
el IVA y abrir el sector energético a la inversión del capital privado
nacional y extranjero, en esa área estratégica que la Constitución
reserva al Estado.
En
quinto lugar, aunque es la única oposición partidaria a Peña, el
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que encabeza Andrés Manuel
López Obrador tiene también sus propios límites: El desgaste que acumula
tras dos elecciones presidenciales, la distancia que tomó del PRD, la
campaña de linchamiento peor a la sufrida por Cuauhtémoc Cárdenas y su
propio talante.
Pero,
sobre todo, está latente la amenaza de la represión. Salvo a los
cómplices e imbéciles, a todos queda claro que el encarcelamiento de
Gordillo no fue un acto de justicia de Peña, sino un ajuste de cuentas
para mandar el mensaje de escarmiento a quienes no se sometan, como lo
hizo Salinas en 1989.
En
este contexto, es preciso recordar que Salinas auspició una política de
represión y literalmente de exterminio a la oposición de izquierda que
acumuló más de 500 asesinatos en su sexenio.
¿Y los intelectuales? Fascinados, haciendo cuentas para los negocios…
Apuntes
Los
priistas son, además de borregos, camaleones. Un ejemplo es José Murat,
el verdadero creador del Pacto por México: Hace una década, en octubre
de 2003, Murat, que era gobernador de Oaxaca, llamaba a los legisladores
del PRI a no aprobar “la tramposa’” alza al IVA en medicinas y
alimentos promovida por Elba Esther Gordillo, y rechazar la
privatización del sector energético que, decía, pretende confeccionar
“un traje a la medida” del Fondo Monetario Internacional (FMI), del
Banco Mundial (BM) y del PAN, partido que quiere jalar al PRI “a la
derecha”.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
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